El nuevo Jardín
Botánico es un diseño de infraestructura inteligente y arquitectura inspirada
en la geometría de los fractales, que permite que el proyecto crezca de una
manera muy flexible y creativa, manteniendo la coherencia en su conjunto al
establecer una fuerte tensión con la vegetación que crece y riqueza en la
percepción de la escala.
Las
características de su diseño se escapan del tablero de dibujo e incorporan
criterios ecológicos, como fitosociología y la convergencia de la evolución
morfológica. Se asemeja más al paisaje de un jardín que a un botánico
convencional.
Dos
consideraciones fundamentales:
- Está
relacionada con la estructuración de la vegetación.
- Era necesario
que el proyecto permitiera a la misma montaña ofrecer las condiciones
topográficas tanto para los espacios de plantaciones como para el diseño de la
red de caminos, aprovechando el relieve natural y de este modo evitar grandes
movimientos de tierras.
Como resultado
de estas dos premisas, se optó por adaptar una malla triangular sobre el
terreno, que descansaría sobre el basamento topográfico de la montaña y a su
vez delimitar los 71 espacios necesarios para poder representar las principales
familias vegetales de las regiones del mundo con clima mediterráneo.
La malla triangular
irregular se convierte en el fundamento de un sistema jerárquico que determina
los tamaños de las parcelas para las siembras. Este sistema permite una
planificación muy flexible y creativa a la vez que formalmente en los
diferentes espacios conforman un todo donde los diseños se repiten tanto en la
pequeña como en la gran escala.
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